Ayer se publicó en BOCYL la tan ansiada convocatoria del concurso
de traslados para la provisión de plazas vacantes de personal estatutario de
las categorías de especialistas hospitalarios y de pediatría de SACYL. Puedes
acceder a la aplicación para participar en el concurso en el siguiente enlace
Esta publicación es fruto del trabajo realizado desde hace
ya más de un año por la ADT y la Unión General de Trabajadores (UGT). Ambas organizaciones
iniciaron recursos que han dado lugar a las sentencias judiciales que
finalmente han obligado a SACYL a poner en marcha el concurso.
Ahora que se ha
conseguido el traslado es tentador perder el tiempo en atribuirse los méritos
de esta conquista, pero parece mucho más transcendente invertir el tiempo en
reconocer el significado que tiene esta convocatoria para el colectivo de
profesionales sanitarios. Especialmente cuando
la prensa se hace eco de medias noticias que no buscan más que desinformar y
generar sensación de peligro en dónde sólo debería haber un reconocimiento al
cumplimiento de la ley y el normal funcionamiento del sistema de provisión de
plazas en la función pública.
Si algo define a esta histórica convocatoria de traslados,
la primera que se aproxima a la legalidad en la historia de SACYL, no es que
cientos de personas vayan a poder volver a casa, sino que ha
conseguido devolver parte de la ilusión perdida a un colectivo que se había abandonado a la inercia y aceptado la arbitrariedad
como método de provisión de plazas.
Como dice el encabezado de este comentario, la mayoría de
nosotros somos engullidos por nuestro
trabajo, y no somos capaces de mirar hacia los lados. En las profesiones
sanitarias el grado de compromiso con la atención sanitaria y la
responsabilidad que esta supone son de tal importancia que arrasan con todo lo demás.
La profesionalidad nos compromete con los pacientes, la profesión, los
compañeros, la sociedad y a veces nos olvidamos que debería también comprometernos
con nosotros mismos y con nuestro desarrollo personal.
Una de las piedras angulares para mantener este exigente
nivel de compromiso activo y al día es la ilusión. Durante muchos años los
gestores se han mostrado empecinados en obviar este componente, ignorando lo que
realmente motiva a las personas, y limitándose a pensar que nos movemos por la
recompensa económica.
En esta vorágine los profesionales hemos aceptado que la
forma de provisión de nuestras plazas, el lugar donde nos desarrollaremos
profesional y personalmente, sea elegido por otros. Hemos aceptado que los principales
méritos para la elección de nuestro lugar de trabajo sean nuestros apellidos y padrinos
y no aquello que sabemos hacer. Hemos dado por bueno que si alguien elegía un
hospital en una oposición jamás tendría
la posibilidad de moverse a otro centro.
El SACYL ha ignorado que debe tratar a sus profesionales como
tales y no como meros objetos. Que es necesario mantener su motivación
facilitando su desarrollo como profesionales y la asunción de nuevos retos
profesionales. Y que para ello debe existir la posibilidad de que los
profesionales podamos optar a aquellas plazas que nos motivan y que no veamos
las plazas obtenidas en una oposición como una condena ya que serán nuestro
destino final, salvo que algún “jefe” se acuerde de ti y te ofrezca una
comisión.
Gracias a las condenas judiciales, el SACYL tiene delante
suyo una magnífica oportunidad para mejorar. Una vez que los jueces han liberado a nuestros gestores de la presión de
aquellos jefes que nunca entendieron su papel como líderes de un proyecto, aquellos que
reducen su actividad a la de organizar y disfrutar de la sumisión a su poder.
Ningún líder cuya función sea la de contagiar su visión al servicio, equipo o
departamento verá con miedo el que nuevos profesionales se incorporen a su
servicio. Su labor, su reto, será motivarles e incluirles en el proyecto común. Todo “jefe”
que limite su acción a "mandar", vivirá con temor la llegada de nuevos profesionales
con criterio, que no le deban vasallaje y que puedan cuestionar su forma de
hacer las cosas.
Imagen obtenida de https://i.ytimg.com/vi/21kbQM84tR0/hqdefault.jpg
Es hora de reconocer el error y replantearse la política de
personal de nuestro sistema de Salud. Toca poner a los profesionales en el
centro de esta política de personal y hacerles participes del sistema. Toca
demostrar que tenemos una visión del SACYL.
Festejemos la convocatoria de hoy. Esperemos que no sea una
tormenta pasajera después de una sequía tan prolongada. Es hora de aceptar definitívamente las
reglas del juego.